El dogmatismo: supone absolutamente la posibilidad y la
realidad del contacto entre en el sujeto y el objeto. Para el resulta
comprensible que el sujeto, la conciencia cognoscente, aprehenda su objeto. El
conocimiento no constituye un problema para el dogmatismo, radica en una
defectuosa noción de la esencia del conocimiento, ignora el conocimiento, por
esencia, es una relación entre un sujeto y un objeto.
El dogmatismo teórico: se aplica al conocimiento teórico,
tanto al ético como el religioso se le aplica al conocimiento de los valores,
moral y religioso.
Según Kant; el dogmatismo es la conducta de la razón pura,
que no formula la crítica de su propio poder.
El escepticismo: el sujeto no puede aprehender al sujeto,
por tanto, el conocimiento es considerado como aprehensión real de un objeto.
En cierta forma el dogmatismo ignora al sujeto, el escepticismo desconoce al
objeto.
Entre el escepticismo metódico y escepticismo
sistemático. El primero indica un método, el segundo habla de una posición de
principio.
El escepticismo metódico se fundamenta en la proporción
de una duda general a todo lo que la conciencia natural presenta como verdadero
y cierto, desde ella rechaza por eliminación, todo lo falso y se en camina hacia
un conocimiento absolutamente cierto.
El fundador del escepticismo fue Pirron de Elis, el afirma
que no puede lograrse un contacto entre el sujeto y el objeto. La conciencia
cognoscente esta imposibilitada para aprehender su objeto. No existe el
conocimiento. En el escepticismo académico que no es posible el conocimiento
exacto, jamás se podrá tener la certeza de que nuestros juicios concuerden con
la realidad.
La diferencia
entre el escepticismo antiguo y el escepticismo medio, reside precisamente en que
este afirma la posibilidad de alcanzar una opinión probable.
Es evidente que el escepticismo radical o absoluto se
nulifica a si mismo, sostiene que el conocimiento es imposible.
El escéptico no debe ejecutar ningún acto del
pensamiento, pues en cuanto lo realiza, se supone la posibilidad del
conocimiento y la caída en la contradicción consigo mismo.
El absoluto, tal como es, carece de valor la aspiración
al conocimiento de verdad, la conciencia de los valores se opone a esta
concepción. El positivismo es el nombre que suele darse al escepticismo metafísico.
A pesar de sus errores, indudablemente tiene una gran
importancia en el perfeccionamiento espiritual del individuo y de la humanidad.
Puede considerar, bajo cierto aspecto, como un crisol de nuestro pensamiento
que lo purifica de sus prejuicios.
El subjetivismo y el relativismo:
Con ellos se afirma que existe una verdad sin embargo,
tal verdad tiene una validez limitada. No existe alguna verdad que sea
universalmente valida.
El subjetivismo limita la validez de la verdad al sujeto
que conoce y juzga, en un primer caso se requiere a un subjetivismo individual,
y en el segundo se refiere a un subjetivismo general.
En el general se admite que existen verdades
supraindividuales, pero que no existan verdades universalmente valida. El
subjetivismo afirma que los factores que determinan el conocimiento humano,
reside en el sujeto cognoscente y el relativismo sostiene que los conocimientos
humanos dependen absolutamente de factores externo.
Oswal Spengler; establece, las verdades solo existen si
son referidas a una humanidad determinada. El ámbito valido de las verdades
coincide con el ámbito cultural y temporal.
El
pragmatismo: al igual que el escepticismo, desecha el concepto de la verdad
considerado como concordancia entre el pensamiento y el ser.
El
pensamiento cambia el concepto de la verdad en cuanto que es originado por una
peculiar concepción de lo que es el ser humano. El hombre no es primordialmente
un ser especulativo y pensante, sino un ser practico, un ser volutivo.
El
entendimiento sirve al hombre no para indagar y conocer la verdad, sino para
que el sepa conducirse a la realidad.
La
verdad se fundamenta en la concordancia de las ideas con fines prácticos del
hombre, es decir, con aquellos que sean útiles y provechosos a la conducta
practica del hombre.
El
criticismo: admite una confianza fundamental en la razón humana, esta
convencido de que es posible el conocimiento. Examina todos y cada una de las
aseveraciones de la razón humana y nada acepta con indiferencia.
El
criticismo: es aquel método de filosofar que se funda en la investigación de
las fuentes de las afirmaciones y objeciones. Es la única posición razonable
ante la cuestión de la posibilidad del conocimiento.
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